Después de casi ocho meses sin tocar cuerdas o hierros por culpa de una lesión de rodilla, y por fin con la autorización del médico para empezar a salir a la montaña y trepar, este pasado domingo llegó el momento de coger los trastos y volver a disfrutar de las alturas y el aire libre. De todas maneras, se imponía ser prudente y volver poco a poco, así que le propuse a mi amigo David hacer la ferrata del Santo Cristo, una vía que hasta ahora no nos habíamos planteado y que nos serviría, a ambos, para hacer cosas nuevas y llenar una mañana, y a mí en particular, para quitarme el mono y seguir probando mi rodilla. El resultado fue satisfactorio en todos los aspectos.
La ferrata del Santo Cristo es más bien un camino equipado, con un recorrido poco aéreo en general, sin desplomes ni pasos atléticos. Desde el aparcamiento las vistas son realmente atractivas, y las dos crestas que se alzan hacia lo alto y la verticalidad de la pared del congosto prometen mucho. Sin embargo, la vía rehuye esas crestas y resigue el interior de la canal que discurre entre ambas, en un recorrido inclinado que se hace trepando sin dificultad, con la línea de vida como único equipamiento.
el recorrido de ascenso, una trepada resguardada |
la subida es sencilla y se gana altura rápidamente |
No es hasta que casi estamos en lo alto, que el trazado se desvía a la izquierda, desciende un poco y luego toma una cresta. Este es el punto más aéreo de la vía, y en él las vistas sobre el congosto son espectaculares.
David, disfrutando de las vistas |
sacando una foto desde el punto más aéreo de la vía |
A continuación la vía se bifurca. Por la izquierda sale un tramo descendente, que no tiene salida y que ignoraremos. Por la derecha, la vía afronta un tramo más vertical, aunque no más difícil, que nos conduce al punto final del recorrido, el mirador de Olvena.
En resumen: una ferrata sencilla, pero agradable y con muy buenas vistas, perfecta para llenar una mañana.
Datos de interés
el congosto de Olvena, desde las alturas |
Acceso desde: Benabarre (Huesca)
Aproximación: Desde Benabarre, saldremos por la carretera N-123 en dirección a Barbastro. Al adentrarnos en el congosto de Olvena, prestaremos atención, y tras pasar algunos túneles, y a la entrada de otro de ellos, veremos a la derecha espacio para aparcar y una señal indicando "puente de la Sierra". Dejaremos el coche y tomaremos el sendero que sale del aparcamiento. Después de cruzar el bonito puente que cita la señal, hacia la derecha encontraremos inmediatamente el inicio de la vía. Tiempo, 5 minutos
Recorrido: 1 hora
Retorno: Una vez en el mirador, tomaremos el camino que baja, y al llegar a las primeras casas del pueblo de Olvena, giraremos a la derecha, siguiendo las marcas del GR-45, para descender hacia el puente y el coche. Tiempo, 25 minutos
Material: Casco, arnés, disipador
Observaciones: Durante la aproximación, justo antes de cruzar el puente sobre el río, veremos que el camino continúa bajo la pared del congosto y que se inicia un tramo de cable. Si lo seguimos, llegaremos a una curva con un puente tibetano a medio construir, con sólo dos cables. Más allá no hay nada, pero es fácil imaginar lo espectacular que sería una vía que recorriera las paredes del congosto. Posiblemente, se trata de un proyecto de ferrata que quedó abandonado, a medio construir. Una lástima...
Fotos: David Buil, Xavier